martes, 14 de enero de 2014

POR QUÉ SOY ESCRITOR



Tomo antidepresivos. Concretamente tomo un antidepresivo llamado paroxetina. La paroxetina es un inhibidor de la recaptación de la serotonina. La serotonina es un neurotransmisor que está relacionado con el placer. A más serotonina, más placer te da la vida y las relaciones sexuales. El problema de la paroxetina es que no se puede dejar de golpe ya que tiene efectos secundarios bastante molestos (mareos, dolores de cabeza, etc.). La dosis normal es una pastilla al día. Hay que dejarlo poco a poco, hay que tomar media pastilla, luego un cuarto y luego ya eres libre para deprimirte de nuevo. Otro problema de la paroxetina es que inhibe el deseo sexual y en muchos casos la eyaculación. Es decir, que no te corres aunque quieras. Actualmente llevo 6 meses de tratamiento. Sin embargo lo mío viene de lejos y ya he tomado paroxetina en otras dos ocasiones. La vida es larga y es jodida y psicosomatizo cosas chungas y lloro en la consulta del médico y no puedo dormir y me obsesiono con mi cuerpo y me observo en el espejo por si tengo algo, busco lunares, puntitos, molestias internas, cáncer, sida, hepatitis, taquicardias, amagos de infarto, nada tiene sentido, no sé qué estoy haciendo aquí, soy joven, estoy bueno, estoy triste ¿qué mierdas me pasa doctor?. La primera vez que tomé paroxetina fue en 2005. Sólo la tomé durante 6 meses. Me recuperé rápido, el sol volvió a salir, regresé a las clases de literatura, dejé a mi novia por otra. La segunda vez fue en 2009 y estuve tomándola un año entero y fui al psicólogo y empecé a correr todos los días y mi novia me dejó por otro. Ahora no sé cuándo podré dejar de tomarla, primero hay que ver lo que opina mi psiquiatra, aunque según dice la cosa va para largo. Por suerte, en mi caso, el deseo sexual está a prueba de bombas, lo que sí he notado, sobre todo durante los primeros meses, es lo de la inhibición de la eyaculación, y es que de verdad que al principio era imposible, de verdad, llegaba un punto en que tenía que parar de puro aburrimiento, ¿cómo vas? ¿te falta mucho? y si encima me ponía condón ya es que ni de coña, vamos, en serio, si llegaba a correrme utilizando condón y tomando paroxetina no cabía la menor duda de que estaba locamente enamorado, la amaba, la amaba con toda mi alma, la excitación era máxima, la química orgánica, la física cuántica, la biología molecular y ¿cómo vas? ¿te falta mucho? 

Pero la historia no es esta. Soy escritor por otra cosa, por algo que me ha pasado hoy. Lo contaré mañana. La historia, evidentemente, tiene que ver con la paroxetina :)

5 comentarios:

Jen dijo...

M tú lo que necesitas es una invasión zombie.

isabel bono dijo...

a problemas imaginarios, problemas reales

eso he aprendido después de ver a mi padre (a sus 85 años) sin encontrar la puerta de salida

que no se tienen problemas reales? los demás sí

sal de ti

aunque tampoco descartes la invasión zombie, ojo

Bluemīnda dijo...

joder! menudo prólogo...

costa sin mar dijo...

publica ya el post!!!!

Danilo T. Brown dijo...

esta noche :)