viernes, 31 de mayo de 2013

otro ejemplo de lo que podría salir en mi próximo libro novela o lo que sea


Puede que lo más sencillo del mundo sea un vaso de agua, no necesitamos mucho más. De pequeño pasaba media hora peinándome frente al espejo, el pelo debía estar perfecto, si el pelo no estaba perfecto me veía horrible y no podía salir a la calle. Ahora sé que en realidad el pelo no importa, que nada importa, pero sigo cuidando mi pelo, me depilo las cejas, me dejo barba de 3 días. Es una cuestión vital. Mi padre se metía conmigo, decía que yo era peor que las putas baratas y se reía, mi prima Patricia me hacía burla y ponía voz de tonta. Yo me miraba fijamente en el espejo del baño, ignoraba las risas, movía la cabeza hacia un lado, cogía un espejo pequeño para verme por detrás, para verme de perfil, de frente, con la cabeza inclinada hacia delante, luego hacia atrás, luego otra vez de perfil. Hasta que mi peinado no era perfecto, al milímetro, no salía de casa. Además de mi pelo cuidaba mis zapatillas de deporte Nike con suela de gomaespuma. Mi ropa favorita era un chandal Kappa. La tarde que quedé por fin con Paula para ir al cine, me puse mi chandal. Teníamos 12 años. Habíamos quedado David Mena y yo con Paula y una amiga suya que le gustaba a David. Paula era morena y me enamoré de ella un verano jugando a las cartas en la piscina de la urbanización. Unas horas antes de la cita con Paula y su amiga, David Mena vino a mi casa y me dijo, voy a ponerme mi mejor ropa, le di un abrazo y dije, yo también. Por eso me puse mi chandal Kappa. David Mena se puso unos vaqueros negros y una camiseta blanca de manga corta. David Mena fue mi mejor amigo entre abril y octubre de 1987. Se lo pedí una tarde montando en bicicleta en el parque ¿quieres ser mi mejor amigo? me caí de espaldas con la bici y perdí la respiración por un momento, él me ayudo a levantarme ¿estás bien? y yo ¿quieres ser mi mejor amigo? David Mena tenía una letra horrible y no sacaba buenas notas, decía que de mayor quería ser soldado. Muchas veces iba a clase con ropa de camuflaje. Como David Mena era mi mejor amigo dejé de hacer los deberes para sacar malas notas yo también, la profesora Julia se acercaba al pupitre y me decía que hay amores que matan pero yo no entendía nada de amores entre hombres, yo iba a la Cantueña con David Mena a escalar rocas y a ocultarme en los campos de cebada. Éramos soldados. Llegábamos muy tarde a casa. Inexplicablemente, el día que fuimos toda la clase de excursión al planetario, Sara se le declaró. Y digo inexplicablemente porque Sara era una de las chicas más guapas de clase y David Mena era más bien feo, más bien torpe, más bien con gafas y de cuerpo más bien flacucho. Era una birria de chaval el pobre. Ahora le veo de vez en cuando por Parla como voluntario en Protección Civil, con su walkitalki y sus botas y su cara de chico más bien feo pero con suerte que se liga a una de las más guapas de la clase y se casa con ella y tiene hijos y son felices para siempre. A mí Paula nunca me hizo mucho caso. No tuvimos hijos. No fuimos felices. Quedamos un par de veces más pero volvió con su ex novio.

2 comentarios:

LaCarola dijo...

Paula debió haber hecho más caso al chico del chandal y el peinado impoluto.

Danilo T. Brown dijo...

Gracias LaCarola, pienso igual que tú :) pero bueno, ella se lo perdió, aunque yo a esa edad era aun menos interesante que ahora.

Un saludo.