domingo, 9 de junio de 2013

lunes 1

hoy me he ido a casa triste. hoy me he despertado sin ganas de desayunar. hoy me he gastado casi 20 € en comer. hoy me he propuesto escribir cada domingo por la noche el resumen de mi semana. escribiré mentiras, claro está, porque este blog empieza a ser de dominio público, porque este blog empieza a ser leído por personas que aparecen cada semana en mi vida y no quiero ofender, y no quiero insultar, y no quiero que alguien un día de sol me apuñale por la espalda cuando salgo a tirar la basura. esta es la basura que tiro esta semana. antes escribía mis intimidades en un blog secreto, pero he dejado de hacerlo porque al ser secreto no lo lee nadie. quiero que me lean. llevo desde octubre escribiendo lo que será la mejor novela de mi generación, o la mejor novela de cualquier generación, pero llevo desde diciembre sin casi escribir, porque hay una cosa en la mente de los escritores que se llama depresión o tocarse mucho los huevos o no tener ganas de nada y llegar el fin de semana con dos días por delante para hacer todo eso que los putos días de diario en que trabajas no te apetece hacer porque estás cansado dices y en realidad no haces nada. hoy me he ido a casa triste. me he ido con la sensación de tener que empujar algo que pesa mucho sobre mi cabeza para poder salir. el calor no me afecta, la luz no me motiva, ver a los chavales en monopatín me hace llorar. se supone que nos alegramos por cosas, miro facebook y veo amigos disfrutando de portentosos vasos de zumo o andando por la sierra o terminando su jodida tesis doctoral que me la pela. mis amigos de facebook se alegran por sus vidas y sus proyectos y sus libros firmados en las casetas de feria de la feria del libro. la gente sigue teniendo fuerzas para levantar casetas, para encuadernar libros y diseñar portadas, para estudiar lo que sea y planificar lo que sea. la gente no se cansa en la puta vida de abrir negocios y comprar libros de marketing online. cada vez que veo un escaparate me pongo más triste aún. ver ese esfuerzo por decorar y poner bonito, esa voz que grita para entrar, ese dependiente bien vestido y afeitado que nos da los buenos días muy alegre y nos agradece la visita mis cojones. quiero un bate de béisbol. quiero entender la necesidad de las fuentes en las rotondas.  veo un tío cachas y siento envidia, veo un matrimonio mayor tomando tapas en una terracita y quiero ser como ellos, un matrimonio, una camisa de flores, un mapita de la ciudad, una vida hecha pedazos pero alguien con quien compartirla. y sí, un bate de béisbol de verdad que me hace falta.

No hay comentarios: