sábado, 24 de noviembre de 2012

TBPOML 11 (LAS FICCIONES DE BORGES 1)

La primera y única vez que alguien me metió el dedo por el culo fue con 20 años. Se llamaba Rocío, ojos azules, tetas grandes, me dijo te quiero a los 6 meses, cuando la relación ya no tenía mucho futuro. Estábamos en el salón de mi casa, tumbados sobre una alfombra, empezó a hacerme una mamada e intentó meterme un dedo por el culo, me preguntó si tenía lubricante o algo, yo no tenía nada de eso, en aquella época todo lo hacía a palo seco, así que le di un bote de pomada Betamicoter, que es la pomada que utilizaba para las irritaciones de la piel del escroto y la candidiasis. Aquella fue una de las mejores mamadas de mi vida, yo golpeaba la alfombra con la mano abierta mientras ella chupaba y movía el dedo. Rocío era peluquera y tenía los dientes un poco torcidos. Sus aspiraciones en la vida pasaban por casarse y montar una peluquería de señoras en Parla, hacer permanentes, lavar, peinar, comprar el Hola y llevar a los niños a un buen colegio. Tal vez, ir al cine los fines de semana, tal vez, ir al psicólogo los martes. Se lo tragaba todo. Me daba asco que llegara con los dedos sucios de tinte para el pelo. ¿Por qué no te pones guantes? a mí no me toques. Al mes y medio de estar juntos, me dijo que tenía dudas sobre lo nuestro. Tengo dudas. Estábamos en la cafetería Crass y me lo dijo, tengo dudas, joder, que sí, que ya te he oído. La verdad es que no me lo esperaba, estábamos bastante bien, follábamos casi a diario, pues no te preocupes que yo te quito las dudas, se acabó, ya está, hemos roto. Yo suelo ser así, o blanco o negro, no aguanto tonterías de estas y menos cuando solo llevábamos un mes y medio, pero bueno, al final nos reconciliamos y la relación duró poco más de 6 meses. Entonces dijo que me quería, y yo ¿qué? que te quiero, sin embargo yo empezaba a tener claro que Rocío no era el amor de mi vida, es cierto que me encantaba su culo enorme y todo lo que me hacía sobre la alfombra, pero no Rocío, no, lo nuestro no tiene futuro. Al final lo dejé con un sms, no tenía ganas de escenitas y por favor dame otra oportunidad o eres un cerdo. Me temblaba la mano cuando escribía el mensaje, hemos terminado, adiós. No fue fácil, sabía que ninguna otra volvería a meterme un dedo por el culo.

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