Meditar, respirar, juntar las manos,
no volver a saber qué tal
estoy, ni a preocuparme si me duele
algo. Rezo, madrugo, me santiguo.
La palabra de dios es mi palabra.
Su voz se oye en mi voz:
IBUPROFENO.
Mi carne ya no es carne de mi carne,
las gafas, el pecado, la hipoteca.
Comulgo y me confieso cada día,
caigo en la tentación como un bendito,
cometo actos impuros, me arrepiento.
Por mi culpa.
Por mi culpa.
Por mi gran culpa.
Un Padre Nuestro y dos Ave María,
Valium,
Tranxilium,
Lexatin,
Amén.
Poema de mi próximo libro CIRUGÍA PARA QUISTE DEL EPIDÍDIMO
Poema de mi próximo libro CIRUGÍA PARA QUISTE DEL EPIDÍDIMO
No hay comentarios:
Publicar un comentario