lunes, 7 de enero de 2013

ADORACIÓN AL MÉDICO DE CABECERA


ADORACIÓN AL MÉDICO DE CABECERA


Mi médico es un dios con bata blanca 
fonendoscopio y barba de tres días 
que predice el futuro de mi cuerpo 
con un poco de sangre, orina y heces. 
Como si fuera un brujo desentraña 
las señales que ofrecen mis despojos, 
los niveles de azúcar, las plaquetas. 
Con sus manos traspasa mi organismo, 
el corazón, el hígado, la próstata, 
en busca de algún síntoma evidente. 

No sé quién soy, doctor, ni lo que quiero, 
mi cuerpo es una máquina imperfecta 
me duele aquí, estoy vivo de milagro, 
funciono con pastillas y pomadas, 
estoy lleno de síntomas, de virus, 
de dolores de estómago, de ganas 
de estornudar y de mandarlo todo 
a hacer puñetas. Dígame doctor 
qué es lo que me ocurre, dígame que píldora, 
que poción mágica, que puto ungüento
me tengo que tomar para curarme. 

Yo tengo fe, doctor, creo en la ciencia 
y creo en el perdón de los pecados 
y creo en nuestra industria farmacéutica.

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