lunes, 5 de diciembre de 2011

no quiero hacer


No me apetece hacer nada, no me apetece leer, no me apetece escribir (además me siento totalmente estúpido cuando escribo, escribo peor que alguien que se cree que para escribir literatura hay que intentar escribir literatura, joder, me cago en la puta literatura). No me apetece ver la tele, no me apetece lavarme los dientes, no me apetece cocinar, no me apetece irme a la cama, no me apetece levantarme por las mañanas, no me apetece hacer deporte. Puede que esto sea estar deprimido, sin embargo no siento el terror nocturno de otras veces, no siento el pánico de otras veces, no siento el dolor, el escozor, no siento el miedo, no siento nada. Hace unos días estaba triste, lo sabía, caminaba mirando al suelo y sabía que estaba triste. La tristeza se reconoce fácilmente por el color, por el ángulo, se conoce por el sonido de la arena del gato y la lavadora con ropa de color. Con bragas, con camisetas rotas. Después de la tristeza ha llegado esto. Te sientes mal porque no sabes qué hacer con este tiempo muerto, juegas en modo online a Uncharted 3, pero eres torpe, no tienes la juventud necesaria para estar 5 horas al día perfeccionando movimientos, apuntando, no sé qué botón pulsar para cambiar de arma. No sé qué botón pulsar para que esto no me mate.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pasaste de querer hacer cosas a no querer hacer. Se podría llamar tedio pero no soy experto en diagnósticos emocionales. De cualquier manera, sigue escribiendo. Es terapeútico ante cualquier evaluación.

Anónimo dijo...

Creo
que el problema
de todo esto
lejos de ser desidia
se encuentra
en que un tío
de pe
lo
en pe
cho
use bragas

para qué
ignórolo, pero a menos
que sean culottes
háztelo mirar

Anónimo dijo...

Igual alguien se las ha dejado en casa como recuerdo. Aunque entonces no estarían en la lavadora, ¿no?