(esto no es un poema, ni lo pretende, pero lo pongo así, como en versos, porque me aburría verlo todo juntito y llamarlo prosa, lleno de tópicos, aunque es el germen, como siempre, de algo que vendrá y entonces sí)
Tanto que aprender del mundo,
Tanto que aprender del mundo,
esperar,
montar en bici,
pedalear,
hacer lo que nos gusta,
lo que nos da placer,
masturbarnos,
comer pollo con patatas,
a fin de cuentas, estamos aquí para eso,
no importan esas otras cosas,
los capiteles, los parteluces,
no importan las llantas de aleación que nos deslumbran,
andar, pasear, trabajar.
Qué saco yo de todo esto.
Qué me hace mirar al cielo, tocar la tierra,
qué me hace tensar el abdomen y reír a carcajadas,
apreciar haber nacido cuando toca,
desde que era niño el miedo siempre se ha apoderado de mi cuerpo,
me ha agarrotado los músculos,
me ha hecho desear frente a todas las tartas de cumpleaños
morir de viejo,
la vida, que pase, que venga y que me deje sano durante 85 años.
Cuando uno llega a los 60 debe pensar que todo está a punto de acabarse,
me quedan 25 años para los 60.
Ya he vivido 35 años,
lo que me ha ofrecido la vida hasta ahora es más o menos todo
lo que podrá ofrecerme,
no he sido capaz de vivir con exaltación estos 35 años,
siempre deseando que pasara el día,
siempre a por la otra cosa, esa otra cosa, desliarme, desliarme,
ya si eso mañana, ya si eso, otro día.
Me es imposible ser feliz, me es imposible salir corriendo y gritar.
No entiendo como alguien puede querer ser presidente de algo,
ser importante, alcalde, ministro, senador, consejero delegado, mercenario,
no entiendo eso de ser, soy electricista, arreglo zapatos, diseño webs,
me levanto por la mañana y dedico todos los minutos de vida que tengo
a respirar, afeitarme, lavarme, componer canciones, leer cosas, leer cosas, leer,
pararse y leer.
Pararme y leer me pone nervioso, es como dejar que todo se vaya,
prefiero encender la tele y ver mundo, esto de leer, quedarse quieto
es algo que me espanta,
pero el miedo me sigue agarrotando y ya si eso mañana
leeré, ya si eso, otro día.
Cómo bebernos una botella de agua helada,
meter la cara en una sandía partida por la mitad y masticar,
cómo se vive la vida en ese punto, en plan comerse algo con las manos,
guarrear, mancharse la camisa, manchar el sofá,
vivir completamente húmedo,
vivir desnudo y con ganas constantes de follar,
reír, saltar, gritar, correr sin miedo, vivir sin miedo,
lanzar piedras y ponerse moreno por el sol.
Creo que paso demasiado tiempo solo en casa,
creo que paso demasiado tiempo en el trabajo, solo,
creo que después de 35 años pensando que ya si eso mañana, ya si eso,
pensando que lo próximo será mejor,
que ya vendrá el éxito, la fama, la fortuna, el cochazo, los hoteles, el amor,
pensando que hay que seguir porque eso vendrá, y vendrá,
y luego ver que tenemos 60 años, y hay que ir al médico en el cochazo,
porque tenemos un bulto, porque el enfisema, porque la arterioesclerosis,
pero podemos irnos al hotelazo a morir, rodeados de tías,
descorchar un champán caro, decir te quiero, decir te quise,
pensar en todo eso que hicimos y todo eso que no hicimos porque nos daba miedo,
y ya si eso mañana, ya si eso, otro día, tal vez, lo hagamos.
a fin de cuentas, estamos aquí para eso,
no importan esas otras cosas,
los capiteles, los parteluces,
no importan las llantas de aleación que nos deslumbran,
andar, pasear, trabajar.
Qué saco yo de todo esto.
Qué me hace mirar al cielo, tocar la tierra,
qué me hace tensar el abdomen y reír a carcajadas,
apreciar haber nacido cuando toca,
desde que era niño el miedo siempre se ha apoderado de mi cuerpo,
me ha agarrotado los músculos,
me ha hecho desear frente a todas las tartas de cumpleaños
morir de viejo,
la vida, que pase, que venga y que me deje sano durante 85 años.
Cuando uno llega a los 60 debe pensar que todo está a punto de acabarse,
me quedan 25 años para los 60.
Ya he vivido 35 años,
lo que me ha ofrecido la vida hasta ahora es más o menos todo
lo que podrá ofrecerme,
no he sido capaz de vivir con exaltación estos 35 años,
siempre deseando que pasara el día,
siempre a por la otra cosa, esa otra cosa, desliarme, desliarme,
ya si eso mañana, ya si eso, otro día.
Me es imposible ser feliz, me es imposible salir corriendo y gritar.
No entiendo como alguien puede querer ser presidente de algo,
ser importante, alcalde, ministro, senador, consejero delegado, mercenario,
no entiendo eso de ser, soy electricista, arreglo zapatos, diseño webs,
me levanto por la mañana y dedico todos los minutos de vida que tengo
a respirar, afeitarme, lavarme, componer canciones, leer cosas, leer cosas, leer,
pararse y leer.
Pararme y leer me pone nervioso, es como dejar que todo se vaya,
prefiero encender la tele y ver mundo, esto de leer, quedarse quieto
es algo que me espanta,
pero el miedo me sigue agarrotando y ya si eso mañana
leeré, ya si eso, otro día.
Cómo bebernos una botella de agua helada,
meter la cara en una sandía partida por la mitad y masticar,
cómo se vive la vida en ese punto, en plan comerse algo con las manos,
guarrear, mancharse la camisa, manchar el sofá,
vivir completamente húmedo,
vivir desnudo y con ganas constantes de follar,
reír, saltar, gritar, correr sin miedo, vivir sin miedo,
lanzar piedras y ponerse moreno por el sol.
Creo que paso demasiado tiempo solo en casa,
creo que paso demasiado tiempo en el trabajo, solo,
creo que después de 35 años pensando que ya si eso mañana, ya si eso,
pensando que lo próximo será mejor,
que ya vendrá el éxito, la fama, la fortuna, el cochazo, los hoteles, el amor,
pensando que hay que seguir porque eso vendrá, y vendrá,
y luego ver que tenemos 60 años, y hay que ir al médico en el cochazo,
porque tenemos un bulto, porque el enfisema, porque la arterioesclerosis,
pero podemos irnos al hotelazo a morir, rodeados de tías,
descorchar un champán caro, decir te quiero, decir te quise,
pensar en todo eso que hicimos y todo eso que no hicimos porque nos daba miedo,
y ya si eso mañana, ya si eso, otro día, tal vez, lo hagamos.
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