lunes, 27 de agosto de 2012

los días normales 2 (otra vez)

A punto de meterme en la cama, lo cual implica dormir escuchando música, tengo que escribir algo para no dar el día definitivamente por perdido. Desde que volví de trabajar he hecho trescientas putas cosas con tal de no sentarme a escribir o a leer. Pero lo jodido es que esto que hago ahora mismo no es escribir, es toquetear, pulsar, guarrear, gilipollear, es cortarme las uñitas de los pies o limpiar con papel higiénico las gotitas de pis de la tapa del váter. Pero ya. 

Me pregunto cómo somos tan cabrones, cómo nos la metemos doblada a nosotros mismos. Ahora que el sueño llega y me da de hostias, justo ahora, me siento y digo venga, escribe algo coño. Pero como apenas mantengo los ojos abiertos, me dejo ir, me digo bueno, me digo que ya mañana, que mejor mañana, que mañana seguro que sí, pues claro, mañana, joder, hoy estoy ya muy cansado. 

Y es verdad que hoy estoy ya muy cansado. Trabajar dignamente es meterle algo punzante y grueso por el culo a la poesía, a mi poesía. Hoy no salvo casi nada. Salvo la vida, salvo el desayuno con galletas de chocolate, el huevo frito de la comida, el agua fría, la cena con pan, tomate, lechuga, jamón, queso y mayonesa. Las 150 abdominales para recordarme que todavía estoy a tiempo. Que no voy a sucumbir tan fácilmente. 

Hoy, la tendinitis repentina en el pié derecho me recuerda lo que soy. Me hace buscar en Google los síntomas, por si acaso fuera otra cosa, un cáncer de tendones, o algo así. Me hace tomar Airtal, me hace tomar Ibuprofeno, me hace tocarme el pié más de la cuenta. Y ya. 

Pero hoy ha habido un momento en que he sonreído de verdad. Venía de sacar dinero del cajero. En una callejuela me cruzo con una furgoneta. Dentro, uno de los repartidores que traen la mercancía a mi trabajo y que casi ni conozco, pero él detiene la furgo, baja la ventanilla y me saluda, hombre! y empieza a hablar. Y sonríe. Me cuenta cosas. Cuando me despido voy hacia mi casa y digo, joder, este tipo, me ha alegrado la tarde. Así de fácil.


1 comentario:

Jen dijo...

Ahora que nos toca compartirlo, te agradecemos enormemente que limpies las gotitas de pis de la taza del váter :)

En nombre de todas.

J.