miércoles, 21 de septiembre de 2011

cómo es eso de triunfar (posibilidad uno)


Cómo es eso de eso de que te invitaron a marcharte y te fuiste. Cómo es eso de tenerlo todo, tenerlo ya, todo. Así, eso de llegar a lo más alto, ser un Rolling Stones, ser un The Beatles, ser un Ken Follet, ser todo un Miguel Ángel Buonarotti. Lo primero tal vez fuera la ciudad, en qué ciudad querrías vivir con tus amigos, o la montaña, el campo, las afueras de algún sitio, lo suyo, últimamente, sería irse a Palo Alto y ser feliz y hacer mucho deporte en un gimnasio caro. ¿Cómo sería tu casa? No una mansión, pero sí una casa grande, techos altos, pocas habitaciones, algo tipo industrial y alguien que limpie y cocine verduras y salsas que no engorden y un par de buenos coches  aparcados, potentes, confortables, que te permitan adelantar sin peligro cuando no viajes en avión. ¿De dónde vendría el dinero? Los derechos de autor, si eres Ken Follet, son suficientes. Pero en realidad eres un poeta respetado, te invitan a exposiciones llenas de mujeres operadas y sus maridos, sin canas, querida te presento a Charles, te sonríen y te admiran. Tú eres delgado, te cuidas por primera vez el cutis, te pones cremas, de pronto eres crudívoro y viajas al Tibet buscando algo que te falta. Allí te compras un jersey de lana y unos calcetines tejidos a mano. En un día normal madrugarías por el sencillo placer de ver como amanece y tomarte un café Nespresso mientras escuchas algo de música clásica. La cocina es grande y la música se oye bien, hola Eugenia, buenos días, lo normal es que después del desayuno te conectes a internet, leas las noticias, facebook, gmail, algunos blogs, mires lo último que ha hecho Tao Lin para imitarle. Luego te obligas a escribir, eres poeta, te pagan por ello, abres caminos, te llaman por teléfono para algunas entrevistas. Escribes sobre el sinsentido de la vida, tú puedes, tú lo sabes, tu única motivación es no volverte loco, aguantar vivo. Tampoco es que viajes demasiado, los aviones, ya se sabe, tal vez fueras feliz en Londres, eres un tipo de ciudad, lo sabes, tal vez Nueva York, aunque tengo que ir, lo he dicho antes, a ver cómo es Palo Alto, si es algo así como vivir en Alicante. Podríamos decir, que ya que estás, te drogas, tienes que descubrir cosas, inventarte historias, la experiencia es lo que cuenta para escribir, si no vives algo nuevo, te vacías, sin nada nuevo que decir pierdes dinero, ya escribiste tu poema a Starbucks, hacer lo mismo con cada cadena de cafeterías o restaurantes no funciona. Por las tardes duermes la siesta y entre unas cosas y otras no te despejas hasta tarde. Por la noche lo normal es ir a algún concierto, exposición o fiesta, te dejas ver, te enteras de lo que hace todo el mundo para imitarlo, mejorarlo, adelantarles, pero te vas pronto a casa, por suerte te vas haciendo mayor y no hay nada más agradable que dormir en casa un mínimo de 6 horas. La felicidad, a los pocos meses, desaparecería, tendrías que leer varios libros de autoayuda e ir al psicólogo, seguramente te harías adicto a algún antidepresivo, para qué molestarse en no ser feliz. Independientemente de todo esto, seguirías yendo a Ikea cada seis o siete meses.

1 comentario:

Odal Orto dijo...

Me preocupas. Hablas de triunfo y escribes de Tao Lin en vez de follar. ¿Quizá en la posibilidad 2? :-)