lunes, 22 de agosto de 2011

remasterizado

Quiero vivir en un monasterio,
quiero levantarme a las cinco y media y dar las gracias
señor
por estos alimentos y estos bancos de madera.
Vestir sotana,
el pelo corto,
las manos siempre limpias.

En los descansos todos los alumnos del master vamos a la misma cafetería,
a veces soy uno de ellos,
hablo de economía,
de viajes a París y de palmeras de chocolate.
Otras veces salgo fuera,
me alejo unos pasos
y me pongo a pensar en Georges Perec.
Son ellos y yo.

La botella y el agua de la botella.

Siento que hago lo correcto para pagar un alquiler.
¿Y la muerte?
Las películas en dvd,
los cds de música,
las montañas de libros,
unas zapatillas cómodas
y una camiseta.

La vida puede ser eso,
la vida quiero que sea eso
y de vez en cuando,

un poema.

Quiero pasear por un claustro y ver cipreses
y que el frío me cale hasta los huesos,
quiero arrepentirme de mis pecados,
usar las rodillas de verdad,
quiero abandonarlo todo,
quiero purificarme,
destilarme,

buscar dentro de mí lo que hay de mí.

No se puede estar tan solo.

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