domingo, 24 de octubre de 2010

remasterizado uno

lo primero que hay que hacer cuando empiezas en un sitio nuevo es presentarse. decimos nuestro nombre y contamos algo, estudios, trabajo, por qué queremos estudiar este MBA. todos los chicos van vestidos con camisa y pantalones de pinzas y zapatos. no estoy tan cerca, pero seguro que todos huelen a colonia. la mayoría están casados, son más jóvenes que yo y tienen menos pelo. casi todos tienen una empresa, dos empresas, catorce empresas. exportan fruta a distintas partes del mundo, están metidos en el negocio de las punto com, les encanta, les apasiona, ponen los ojos en blanco, han nacido para crear empresas, hablan de riquezas, dicen que quieren prosperar, que quieren ser los vencedores. alguno hay que está en paro, alguno hay cerca de los 50 años. también hay algunas chicas. más sencillas, más humildes, más inteligentes, salvo la brasileña de delante que dice "em bi ei" y pone cara de estar buena y lo sé, lo sé, estoy muy buena, very good, em bi ei, of course. evidentemente, cuando llega mi turno tengo la tentación de decir que soy poeta, y que todo esto es una mierda, pero no, me limito a brillar lo justo para que me vean. no he venido con camisa, ni zapatos, visto como siempre, deportivas, vaqueros, camiseta de H&M y una chaqueta con 3 chapas, una de Rocky, otra de House y otra donde se lee la palabra PEDO. sí, yo también quiero prosperar dentro de mi empresa. el profesor hace lo propio y se presenta y me parece tan gilipollas como la mayoría de profesores que he tenido, sin embargo este nos deja clarito que fue el tercero de su promoción, ah, bueno, si fue el tercero entonces dormiré tranquilo. me siento raro. siento que no debo estar allí, aquí, se supone que llevo años planteándome el sentido de la escritura, leyendo ensayos de teoría de la literatura, poetas del modernismo inglés, narradores posmodernos, siempre me ha preocupado el número de sílabas, si esta coma sobra, si este párrafo. y ahora me encuentro estudiando la evolución de Danone desde el punto de vista del marketing, producto, precio, puntos de venta, publicidad, público objetivo, ventajas competitivas, valor y coste. 

Valor, es lo que tengo yo por haberme metido en esto. Coste, 8.000 euros. Y joderme todos los fines de semana de aquí a julio. El fin de semana que viene, Dirección Financiera. 


1 comentario:

Literato morboso dijo...

¡Oh, shí, oh shí! Ésto sí que es mierda, pero «mierda de la buena». Me gusta la madurez de tus últimas prosas, más escueto, menos abrupto, más irónico. Por cierto, te falta una chapa en la chaqueta: una que yo tengo que dice «No me pagan por pensar». Y la frase «me limito a brillar lo justo para que me vean», sencillamente genial. Esperaré con ansia masturbatoria tu próxima entrada.