Hace siglos que no escribo, no escribir es como no vivir por dentro, no escribir es más bien vivir por fuera, vivir por fuera y contestar muchos e-mails, estar a lo que hay que estar, qué tiempo hace, qué me pongo hoy, afeitarme, perfumarme, cuidar de que mis manos parezcan manos, hidratarlas, limarlas, posarlas sobre mi regazo.
En cosas así estoy ahora, respirar profundamente más por necesidad que por placer, mirarme poco en los espejos, mirarme poco en general, completar lo que se mueve en mi interior con una pastilla efervescente de vitaminas y minerales cada día, comer más vegetales, comer más salmón que tiene omega 3 para vivir más tiempo, dejar de pensar en el futuro, el qué será de mí, ¿qué será de mí? ¿perderé mi empleo? ¿me quedaré sordo? ¿seré capaz de?
Ahora vivo para el sol y para las terrazas, vivo para la tranquilidad de llevarme un vaso a la boca, de llevarme un tenedor, de partir pan y morder zanahorias, no voy a triunfar, no voy a escribir, no voy a ir de aquí a allí para lograrlo, me quedaré quieto un tiempo, poder mirar el cielo y mirar el cielo solamente. Nada de buscar espacio para otras cosas. Es mi época de estar, es mi época de ser, es mi época de guardar las manos en los bolsillos y no avanzar.
Que lo que se mueva sea yo por dentro, vamos a ver si expandimos algo, a ver si la sangre sirve para algo más que calentarme. Este periodo de mi vida se llamará algo así como “tiempo para la pereza”, o “tiempo para el bostezo y para estarse así, paradito a la orilla de eso que mira hacia delante”.
1 comentario:
quedarse quieto
qué bien
acabo de ver
que mis blogs
los 6
han desaparecido
por la cara
así que yo también muy quieta
qué paz
la oyes?
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