Cuando
el niño era niño, tenía miedo de los payasos, tenía miedo de las
marionetas que se reían de él, cuando el niño era niño corría más rápido
que los coches, se santiguaba y rezaba un Padre Nuestro y un Ave María
cada vez que salía de viaje, lloraba por la guerra del Golfo Pérsico, no
quería que los misiles cayeran en España, le daba miedo dormir solo y
se sentaba en el sofá y leía Mortadelo y Filemón para quitarle hierro,
cuando el niño era niño la vida estaba llena de enfermedades,
terremotos, inunnaciones, guerras, apocalipsis, Palabra de Dios, cuando
el niño era niño escapaba corriendo, llegaba tarde a casa, se manchaba
de barro, de sangre, se partía los brazos, le dolía la espalda, le
dolían las rodillas, se daba golpes en la frente, le salían rozaduras,
se le saltaban los dientes, se le hinchaban los ojos, perdía la
respiración, se caía en las fuentes, miraba con temor a los ancianos.
Cuando el niño era niño tenía un secreto que le salvaba la vida, era
algo que nunca contó a nadie, si alguna vez se encontraba una tuerca, la
apretaba en su puño, se la ponía junto a la boca y le susurraba un
deseo. Luego la lanzaba con todas sus fuerzas lo más lejos posible. La
tuerca se encargaba de cumplir su deseo. El niño siempre pedía lo mismo:
"quiero morir de viejo".
1 comentario:
y espero que las gastes todas
y espero que tengas que venir
a pedirme más
no muramos ni de viejos!
(gracias por)
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